Que a mi ya no
me concoce el sol,
que yo duermo de día.
La noche es amiga mía
porque la noche
es de amores.
Con cosas como estas nos deleitó José Soto Soto, más conocido como José Mercé en el Teatro Barakaldo. Un recorrido por diversos palos del flamenco: comenzó por malagueñas, le siguieron las tan lorquianas seguiriyas, para dar rienda suelta a los fandangos, las alegrías y acabar apoteósicamente con las bulerías de su tierra, Jerez.
Destacar también al guitarrista Antonio Higuero, que bordó, rosaleó y conjugó la guitarra con ese tiento y esa fuerza delicada a la vez, que junto a los palmeros añadían la sal y pimienta que tiene el cante flamenco.
El público lo jaleó y le acompañó hasta sus ultimos acordes y de no haberse marchado, el teatro Barakaldo hubiera sido ese patio andalúz donde la alegría rebosa nutriendo corazones y palmas, voces y manos. Saludamos desde aquí a nuestro amigo y cantaor Juanjo Navas con quien coincidimos en el evento, esperamos la ocasión de escucharte Juanjo, un abrazo.
¿Y qué se puede perdir para celebrar un cumpleaños?
Antonio y Daniela
Noche de aire, aire, aire…, mucho aire era el que tu derrochabas José: los de la Alhambra y su Granada, y la tacita de plata que en Cádiz se recreaba, junto a la torre del Oro su Mezquita y la Giralda y la Córdoba del llano junta a la mora y cristiana y los fandangos de Hueva que sus aguas nos atrapan, por la ruta de Almería trasportando su ‘pescao’ por la nevadas montañas que bordean ‘to’ la Vega de grana, que fritito con aceite de Jaén se me entremete, para soñar en las playas a la sombra de los sueños que dan cobijo en sus murallas cual pergamino inmólala de la Andalucía que atrapa con Antonio a la guitarra.
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