Cuando llega la noche,
y la oscuridad envuelve su alma.
Cuando los sueños afloran
perdido entre sabanas,
sumergido entre olivares altivos,
repletos de frutos, llenos de recuerdos.
Cuando el hombre suspira.
Cuando mira una vida, sin sentido,
desprendida de él
con el corazón partido.
Cuando sin la palabras se siente dormido,
lleno de perjuicios, vida sin destino,
corazón suplido por hordas de nada.
Recurre a la llama. Al viejo candil
para seguir vivo. Su llama le incita.
Su llama le atrapa, se siente seguro.
Ella es su esperanza.
Cuando las lagrimas afloran a sus ojos
calmándole el alma.
No hay nada perdido.
Aun esta el camino de cañas y zarzas.
Lleno de heridas por andar sin capa.
Solo a campo abierto.
Queda la esperanza.
Otra vez la palabra.
molina
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