Traspaso la barrera de los cien y nos dejo como regalo montones de recuerdos, que nos trasmitió plácidamente, antes de su partida desde su morada.
CIEN AÑOS
Curtió su piel el aire de la vega
los astros, como espigas, se inclinaron ante ella
el sol en un rayo se colaba en su enagua
sonriendo pícaro al despertar el alba.
El Cubillas ríe y canta al bordear su casa
Federico la observa cayéndole la baba
sus ojos de aceitunas caen lágrimas ácidas.
¡Si era una chiquilla, cuando yo la miraba!
Repetía dolorido mirándola a la cara;
él la encontró de nuevo en mujer aguerrida
con cien años de luz, de sombras y de risas...
de esperanzas.
Su corazón flota y late con fuerza inusitada,
Federico la observa, se regocija y calla
porque la quiere, la ama y María en respuesta
le sonríe con gesto divertido que brota de su cara.
molina
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