El árbol cuando chiquito
brota cual tallo celeste.Sus raíces torturadas
por la fuerza de los aires,
las hojas marchitas
se desprenden de él,
vibrando como joven eficiente.
Pero poco a poco,
año tras año,el árbol se endurece.
Cubre su cuerpo de corteza
para abrigarse y protegerse,
se prepara para el frío invierno,
del hielo y la posible nieve.
Con el transcurrir del tiempo
ese tronco es diferente,el viento ya no lo balancea,
el soplo del aire mece sus ramas
y sus tallos verdes.
Irremediablemente,
el tronco se endurece. Él no se da cuenta
inmóvil el aire lo duerme
pero sus ramas se balancean
mientras sus verdes tallos florecen.
Inexorablemente el aire lo duerme
mientras los tallos briosos que de él emergen, se ciñen,
se estremecen y gozan
del tronco perenne.
Cuidad de ese tronco
y de donde procede,nunca permitáis
que la hiedra lo envuelva,
lo ahogue y lo seque.
Tiene nombre de rey
y fue de su gente,a muchos de los nuestros
nos marcó para siempre.
Antonio
Precioso tu homenaje al tronco de un árbol, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Quizás te sorprenda, pero detras de este árbol está un hombre que nunca olvidaré, por su generosidad y arrojo. Gracias por estar
Eliminarun beso
antonio
Un bello homenaje a ese arbol que seguro guarda cantidad de recuerdos,un placer entrar en tu espacio amigo y un millon de gracias por tu comentario en el blog de Maria,besitos
ResponderEliminarGracias amiga por estar. La naturaleza es lo único que nos puede salbar y animar a seguir vivos.
Eliminarun beso
antonio
Antonio,me gusta ese homenaje,que empieza desde que el árbol es pequeño y aún sigue en el tiempo,con su tronco endurecido,sus ramas al viento y su alma hacia el cielo...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu sensibilidad,amigo.
M.Jesús
Gracias amiga, segimos vivos.
ResponderEliminarun abrazo
antonio